13 feb 2009

Experimentando lo invisible


Ayer asistí a la consagración de un nuevo obispo católico en Argelia. A esta ceremonia asistieron también algunos representantes del cuerpo diplomático de distintas embajadas y del Ministerio del culto y Asuntos religiosos de Argelia,

La consagración se realizo en un lugar histórico para los cristianos, los argelinos y el África entera, la basílica de Ntra. Sra. de África, que se alza en la cima de una colina con una vista preciosa a la bahia y al puerto de Argel.

Los cristianos constituyen una minoría muy reducida en este país musulmán. Tal vez un millar en medio de una población de mas de 35 millones de habitantes así que desde mi situación en un banco de atrás pude observar que la gente había venido de Constatini, Oran, Ghardaia y lugares muy distantes de Argel. Naturalmente la mayoría era cristiana pero había también muchos argelinos amigos musulmanes del nuevo Obispo, Paúl un sacerdote de la familia religiosa de los jesuitas, que posee la nacionalidad argelina y ha pasado la mayor parte de su vida en Argelia.

En el altar y alrededor de la imagen de Ntra. Sra. de África había nueve Obispos y unos 30 sacerdotes. La basílica estaba completamente llena a rebosar.

Lo que me llamo la atención de esta ceremonia fue su sencillez, su belleza litúrgica y la actitud de la gente que se encontraba allí. Al principio no sabia definir lo que era hasta que según avanzaba esta Eucaristía me di cuenta de que estaba en medio de personas que oraban de verdad. Que la gente convocada allí eran profundos creyentes, musulmanes y cristianos y que habían hecho de la búsqueda de Dios el motivo principal de sus vidas. Por eso la ceremonia no tenia nada de convencional o de parafernalia y que estaba sintiendo y palpando de una manera muy excepcional la dimensión religiosa de los seres humanos. Esa otra vida que parece oculta en la vida ordinaria de millones de personas que madrugan, acuden a sus trabajos, crean familias , amistades y relaciones como las de los otros millones pero que cultivan en su interior una dimensión de lo sagrado que se exterioriza en momentos como este.

Cuando la ceremonia terminó me di cuenta también de que me había encontrado bien, muy bien, que estaba respirando una atmósfera de paz y de armonía que a pesar de la cantidad tan enorme de nacionalidades, razas y culturas distintas de todos aquellos presentes yo no había percibido como diferencia alguna. Me había olvidado de la crisis financiera, de los robos millonarios, de las guerras que hostigan unos cuantos con ansias de poder. Ayer me sentí bien, como hacia tiempo que no había experimentado y eso se debía a dos cosas sencillas y que no están valoradas por el dichoso dinero: un sentido de fraternidad, expresado en muestras de simpatía y afecto de los unos por los otros y la creencia en Dios de cada persona que llenaba el aire de ese recinto.

2 feb 2009

Soldados de Salamina


Soldados de Salamina de David Trueba es la película que más me ha gustado de los últimos años.

Cada vez que la vuelvo a ver la encuentro mas interesante y descubro detalles y diálogos que no había percibido las veces anteriores.


La película trata de la búsqueda del héroe en una historia de la guerra civil española y nos conduce a lugares y personas corrientes y reales. No hay nada de esas americanadas que nos inundan en los cines y la TV. y por eso la hace mucho más atractiva a mis ojos. El tema basado en la novela del escritor Javier Cercas cuenta la historia de un soldado republicano que ha encontrado a Sánchez Mazas, ideólogo de Falange, en un hoyo en medio de un bosque de Gerona cuando este ha escapado a su fusilamiento. Llueve fuertemente y las gafas empañadas de Rafael Sánchez Mazas no dejan ver sus ojos que están clavados en los del soldado. Los del soldado son unos ojos negros y transparentes, los dos se miran y el soldado contesta a su compañero que no ha encontrado nada. Esto le salva la vida al falangista que una vez terminada la guerra ayudara desde su posición a todos los que le han refugiado en masias en el bosque pero no vera nunca mas a este soldadito que previamente a su fusilamiento ha visto bailar a través de las rejas el pasodoble Suspiros de España haciendo sonreír a todos. Este joven sale espontáneamente de su garita con el fusil en la mano y canta y baila esta canción mientras que la lluvia cae fuertemente sobre su rostro y resbala por todo su cuerpo. Una escena preciosísima digna de figurar en los anales de la historia del cine que además de toda su belleza nos muestra la transparencia y humanidad que invade a este joven.

Ariadna Gil es Lola Cercas, la novelista que después del éxito de su primera novela de juventud se considera incapaz de escribir nada que valga la pena. Recién salida de una relación de cuatro años que la ha dejado herida se traga virtualmente con los ojos a los niños que ve jugando en la calle y que ella desearía tener y el dolor de acabar de perder a su padre.

Esta actriz para mi opinión, una de las dos o tres mejores que tiene el cine español

en la actualidad, posee la inteligencia de transmitirnos todas sus emociones sin necesidad de hablar. Sus palabras solo hacen que corroborar lo que ya hemos visto unos segundos antes reflejado en sus gestos y en su rostro y su frescura y encanto es inagotable. Los nuevos amigos que ha encontrado en su vida, una echadora de cartas y un estudiante de su clase de literatura, personas autenticas y sin ninguna inhibición en mostrar sus sentimientos le ayudaran en la búsqueda de ese héroe, un tal Miralles anciano ahora y exiliado en Francia pero sobre todo a encontrarse a si misma y a reconciliarse con su vida.

Maria Botto esta esplendida en el papel de echadora de cartas, que en sus encuentros y desencuentros con Lola no dejara nunca de provocarla para que saque la rabia y la frustración que la invaden y vuelva a escribir.


El descubrimiento que Lola hace del personaje “héroe” que quiere explicar en su clase de literatura con palabras grandilocuentes se le derrumba la noche que durante las noticias en la TV escucha lo que un chico latino americano ha hecho durante un incendio sacando a tres personas del edificio completamente en llamas y que al intentarlo por cuarta vez muere abrasado. Hecho real que yo recuerdo muy bien haber escuchado en las noticias de aquellos años.

El héroe o la heroína como personaje extraordinario no existe pues; somos todos los seres humanos que aunque a veces muy escondido poseemos el instinto de ayudar a quien se encuentra en peligro sin pensar en nosotros mismos.

El final de la película es precioso por su sencillez y por la verdad que encierra. Lola insistirá al encontrar a Miralles en saber en que pensó en el momento en que sus ojos se encontraron con los del falangista y le oculto salvándole la vida: en Nada, le responderá Miralles.

Y así es. En nada porque no necesitamos razones para no matar y solo tenemos razones, miles de razones para vivir.