16 sept 2009

Reflexiones de una cooperante en Africa



Ana Dols ha pasado dos años como cooperante en Bangassou una población ubicada en la región de Mbomou, en República Centroafricana. Es interesante ofrecer algunas de sus reflexiones al regresar a España.

La vida aquí es extraordinaria, a la vez que rutinaria. Tan extraordinaria y rutinaria como nuestra vida en España. Es cierto que la manera de vivir aquí es diferente y eso sorprende, supone la vivencia de nuevas experiencias que hacen surgir nuevas emociones. Pero no es nada extraordinario, es otra realidad, una realidad ordinaria. Lo que hace extraordinaria la vida aquí es la apertura y la capacidad de disfrutar de los pequeños momentos que surge en aquellos que venimos del exterior. Es esa nueva mirada que tenemos sobre las cosas lo que hace que esas cosas sean extraordinarias.

Estos dos años han estado repletos de nuevas experiencias y encuentros. Me he confrontado a realidades demasiado lejanas para mí cuando estaba en España. Que una cosa es hablar del encuentro de culturas y otra lograr integrarse en una cultura tan diferente. Que una cosa es hablar de Sida y otra ver morir una amiga por esa enfermedad. Que una cosa es estudiar las estadísticas de mortalidad infantil y otra ver morir un niño. Que una cosa es fascinarse por los ritos de la brujería africana y otra ver como todo un barrio pega una paliza a un anciano y lo encierra en su casa para quemarlo vivo, sólo porque piensan que es un brujo… Todas están experiencias duelen y abren heridas que no siempre son fáciles de cicatrizar. Son realidades que nos sobrepasan, que nos hacen perder cierta ingenuidad, nos hace perder ilusiones. Y al mismo tiempo te enseña que la muerte y el sufrimiento son parte de la vida y que hay cosas que escapan a nuestro control. Pero a pesar del sufrimiento y las malas experiencias, las lecciones más importantes que he aprendido aquí están llenas de optimismo y de vida. La primera es que la felicidad está en saber vivir, pero vivir en mayúsculas!!

Otra de las cuestiones que más se han repetido durante este tiempo es la relacionada con la cooperación, con el desarrollo, la solidaridad, las relaciones norte- sur, blanco- negro. No he conseguido encontrar una respuesta a todo eso pero ahora sí que sé lo que no es la cooperación. Me he dado cuenta de muchos de los fallos que cometemos, de las incoherencias, las hipocresías… Es necesario comprometerse, pero comprometerse de verdad. Dejarse de miedos y prejuicios. Apostar por medidas más sólidas y dignas. Apostar por el comercio justo (aunque sea más caro), interesarnos por la política, la cultura africana, viajar a Marruecos, a Senegal, Camerún, acercarse a las comunidades extranjeras de nuestra sociedad… Dejar de tener una mirada ingenua e infantil sobre el África y los africanos. Mirarles de igual a igual, sin compasión pero con comprensión, a la vez que con exigencia. Escucharles y dejar que tomen sus propias decisiones. Ayudarles a remar, pero dejando que sean ellos los que comanden el barco. Acompañarles en su desarrollo pero dejando que elijan ellos la manera de avanzar.

El África es mucho más de lo que imaginamos. Y os confieso que uno de mis retos al volver a España es mostrar esa otra cara del África. Hablar del África, del desarrollo, del voluntariado… sin caer demasiado en los tópicos de siempre. ¿Cómo hacerlo? Pues de momento no sé… pero ya surgirán las ideas y las ocasiones…
Ana Dols

15 sept 2009

Voluntarios en Republica Dominicana

Hay gente que utiliza el verano para pasarselo bien "haciendo el bien". Y esas son sus vacaciones y su mes de Agosto. Haciendo feliz a los niños. Nadie puede decir Padre sino cree que el resto de los humanos son sus hermanos. Esto lo dice el valenciano Gonzalez Faus. Me siento orgullosa de ellos aunque tendreis que adivinar quienes son mirandoles a los ojos. Todos resplandecen con la belleza que tienen en su interior.
Miralos...
http://www.youtube.com/watch?v=wGrqWUZD0Zc

8 sept 2009

Una pelicula


Las llaves de casa
Enzo Porcelli
Año 2004

Creí que la mejor película que había podido ver este año era el Gran Torino y de pronto me quedo extasiada ante un DVD que me cae en las manos llamada “las llaves de casa”. ¡Que preciosidad de película!
Es una producción italo franco alemana de Enzo Porcelli que se presentó a los Oscar para el premio a la mejor película de habla no inglesa y que imagino no gano nada. Pero ya se sabe que los Oscar se han politizado y dejan las obras de arte aparcadas en la cuneta.
Las llaves de casa narra la historia de un niño Paolo de 15 años, que debido a un parto traumático sufre de una deficiencia física y mental y de su joven padre, un hombre de unos treinta y pico de años que no lo ha visto nunca porque huyo del hospital aquel día en que su novia de 19 años moría en el parto sin poder aceptar y asimilar la perdida de ella. El niño se ha criado con el matrimonio y familia de su tía, una hermana de su madre a los que consideran sus padres.
La película comienza con un viaje en el que el padre real por primera vez acompaña a Paolo al hospital de Berlín en donde Paolo sigue tratamientos regulares ya que los médicos han sugerido que la presencia del padre biológico puede ser importante para el niño.
La película es la descripción de esos cuatro o cinco días que ellos pasan juntos y se conocen y descubren. La actitud de Gianni es de vergüenza ante este hijo tan maltrecho físicamente y de ignorancia de lo que ha de decir y hacer con el que superara poco a poco con el encuentro de una mujer serena y llena de paz que cuida a su hija impedida desde hace 20 años. Las conversaciones que mantiene con ella en momentos de desconcierto total le van ayudar a Gianni a descubrirse a si mismo.
Las escenas entre padre e hijo son de una delicadeza y ternura impresionante sin caer nunca en lo sensiblero. Este joven padre felizmente casado y con otro hijo de 8 meses se ve desbordado por un amor desconocido pero enorme hacia Paolo al que no deja de tocar, acariciar y besar como atraído por un imán.

Los dos viven una especie de luna de miel en que Gianni cree poder tener a su hijo así para siempre pero la realidad de la enfermedad se impondrá al término de estos pocos días y Paolo volverá a escaparse a su mundo oscuro interior al que su padre ni nadie sabe llegar ni rescatarlo. Es entonces cuando el sufrimiento se revelara para Gianni con fuerza como lo que es: la otra cara inseparable del amor.
No se puede amar mucho e intensamente sin pagar el precio del sufrimiento.

La película es una preciosidad y un canto al Amor.