Parece ser que la música es muy
importante en Israel y un medio de unión entre los palestinos e
israelitas que comparten el amor por la música. Lo digo porque solo
en una semana he asistido a dos conciertos muy bonitos. Yo había
oído hablar de Daniel Barenboim y como había formado una orquesta
con palestinos e israelitas pero a parte de verlos en la televisión
no sabia nada mas. Cuando vives en Jerusalen te das cuenta de la
importancia que tienen estos actos individuales o colectivos en la
búsqueda de la paz y la convivencia pacifica entre países.
Uno de estos conciertos se celebro en
la Basílica de Santa Ana patrocinado por varias entidades, entre
ellas el Instituto francés en Jerusalen, “Un niño una promesa”,
la Universidad de Jerusalen y Asociaciones palestinas.
El concierto lo integro el pianista
Miguel Ángel Estrella nacido en Tucumán y uno de los pianistas mas
prestigiosos de Argentina. Un hombre que sufrió persecución por la
Junta Militar de su país y encarcelado en 1976. El director y
compositor de orquesta Jeff Cohen (U.S.A) , las sopranso June
Anderson nacida en Boston y la palestina Dima Bawab.
El programa contenia obras de Listz y
Chopin interpretadas por Miguel Ángel Estrella y June Anderson nos
regalo piezas de La Rondina de Puccine, Casta Diva de Bellini de
Romeo y Julieta acompañada al piano por Jeff Cohen. Es una voz
extraordinaria.
Pero quien verdaderamente me emociono
fue la soprano palestina Dima Bawab que canto con un gusto y
delicadeza exquisita la canción “ Canto a la Luna “ (Song to
the Moon) de la obra Rusalka de Dvorak.
Tres días mas tarde pude asistir en el
jardín de los olivos donde se encuentra la iglesia de Getsemani al
estreno de una obra compuesta por un padre franciscano, Armando
Pierucci que es el titular organista de la iglesia del Santo Sepulcro
aquí en Jerusalen.
La sinfonía Eucarística se
interpretaba por primera vez en este marco tan excepcional como es la
ciudad de Jerusalen. El acto y la sinfonía tenia mucho significado
porque a el acudieron los representantes de todas las iglesias que
a su vez , en la voz de alguno de sus miembros, interpretaron
fragmentos de solo cantados de la sinfonía en las tradiciones
luterana, siria, maronita, armenia, copta, ortodoxa griega y melkita
, rusa ortodoxa y católica. Una sinfonía verdaderamente ecuménica
en la que todos compartían su amor por la música y el cuerpo de
Cristo.
La orquesta formada por profesores
músicos muy jóvenes venia de Matera , una ciudad del sur de Italia
que tiene un famoso Conservatorio con mas de mil estudiantes de
música.
Mientras escuchaba la música en ese
marco tan incomparable del jardín de los olivos pude contemplar en
frente de mi como el sol descendía sobre la muralla de Jerusalem y
desparecia lentamente. Un poco mas tarde la oscuridad cambio el
escenario convirtiendo a Jerusalen en una ciudad mágica iluminada
por las luces que resaltaban las siluetas de sus edificios mas
importantes teniendo como fondo natural un cielo suave y tranquilo.
Las palabra “ Paz sobre ti Jerusalen”
resonaban en mi mente mientras trataba de captar con todos mis
sentidos la magia de ese momento.