Una gran crisis de hambre, causada por la sequía, los conflictos y la mala gestión de los recursos, deja actualmente a más de 22 millones de personas en África en un estado de urgente necesidad: Sudán del Sur, Somalia, Kenia y Etiopía son los países más afectados.
● Más de 3,5 millones de niñas y niños sufren de malnutrición grave, muy por encima de las tasas globalmente aceptables.
● Con la hambruna declarada en Sudán del Sur, la crisis del hambre en Somalia, alcanzando los niveles de hambruna, y la sequía severa en Kenia, 700.000 niños y niñas que sufren desnutrición aguda se encuentran al borde de la muerte.
● La situación de malnutrición aguda en los niños y niñas menores de cinco años, las mujeres embarazadas y las madres lactantes constituyen una grave preocupación en las zonas afectadas por la sequía, especialmente en partes de Somalia, Kenia y Etiopía.
● Para la ONU es la mayor crisis humanitaria desde 1945. Sin ayuda morirán millones de personas en 6 meses.
Situación de los países más afectados
Etiopía: La persistente sequía en las zonas de tierras bajas de Etiopía ha aumentado la vulnerabilidad de la población a la vez que se agravan los brotes de enfermedades y se hace imposible el acceso a los alimentos. El número de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia ha pasado de 5,6 millones a 7,7 millones.
Kenia: El gobierno de Kenia espera que 4 millones de personas necesiten ayuda para julio de 2017. Actualmente, alrededor de 700.000 niños kenianos menores de 5 años se enfrentan a la inanición.
Somalia: Las pérdidas de cultivos y ganado y la escasez de agua en Somalia han causado que más de 440.000 personas abandonen sus hogares desde el mes de noviembre. El cólera ha causado ya cientos de muertes por lo que la OMS lanzó una campaña de vacunación en abril, en 7 zonas de alto riesgo.
Sudán del Sur: La situación de 100.000 personas en Sudán del Sur es tan mala que Naciones Unidas decretó oficialmente, hace unos meses, la situación de hambruna.
Según el último informe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), 1,9 millones de personas están desplazadas internamente y 1,7 millones de refugiados sudaneses viven en países extranjeros. A medida que las familias siguen huyendo, la capacidad de proporcionar alimentos a la población de Sudán del Sur se hace cada vez más difícil, especialmente porque la inseguridad alimentaria continúa alcanzando números récord.
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