8 ene 2008

El Belén








En España la polémica ha estado servida después de que el mundo entero pudiera ver el Belén que se ha montado este año en la plaza de San Pedro representando al Niño Jesús descansando placidamente rodeado por sus padres en una carpintería supuestamente la de Nazaret. ¿ Que pasa con el Belén ¿ Ya no nació Jesús en Belén? ¿ Ya no le dieron calor una mula y un buey?. Pues la verdad es que a mi eso no me ha interesado mucho porque estoy completamente segura de que no era la intención del Papa Benedicto el meterse en cuestiones teológicas, ni ofender las creencias sencillas y piadosas de aquellos que aman el Belén. Lo que me extraña es que los cristianos católicos seamos capaces de admirar belenes de distintas épocas y culturas sin que nos cuestionemos nuestra fe y que de pronto no aceptemos un cambio pequeñote escenario en otro.
En Madrid ha habido mas de 26 Belenes montados por toda la ciudad para el deleite de los amantes del arte y los belenes sin contar los que se montan en cada parroquia, casas religiosas y particulares con figuritas sacadas de la imaginación de los pueblos en donde hemos vivido.
Desde luego no me quede sin ver el belén napolitano de la fundación Bartolomé March Servera montado en el salón de columnas del Palacio Real. ¡Que maravilla!. Y que gran favor nos ha hecho March Servera en haber conseguido todas esas piezas de arte de entre 35 a 40 cms .de altura que representan en escenas muy diversas la vida napolitana del siglo XVIII.
Había un patio de la casa napolitana a la cual no le faltaba detalle, de flores, los animales, la mesa puesta ,la comida, el balcón…cada cosa una pequeña obra de arte. El perro y el gato en el patio se miraban desafiantes y el gato en completa posición de atacar con sus bigotes estirados y las costillas hinchadas dispuesto a lanzarse sobre el perro al menor movimiento. Parecían completamente reales.
Esta vez la comitiva de los Reyes Magos llevaba su propia corte y la escena de la joven sultana rodeada de sus criadas con sus trajes coloridos y velos protegiéndoles las caras era de una originalidad sin precedentes. Y

¿quién había visto antes toda una orquesta de moros con sus diferentes instrumentos y uniformes de gala en rojo de fuego en esa cabalgata de su camino a Belén?
El Nacimiento mostraba unas figuras exquisitas en las que también como algo muy raro
se mostraba a una Virgen Maria jovencísima y un San José que aunque lucia una hermosa barba tenía las facciones aguileñas de un hombre muy joven y no el casi anciano que estamos acostumbrados a ver siempre. La Cueva estaba rodeada por una corte celestial de caras de ángeles querubines y otras de ángeles vestidos con túnicas blancas hasta un total de 50 de ellos que colgados de lo alto parecían descender de un cielo cubierto de estrellas. El efecto era sensacional y aunque la belleza de todo esto no tendría mucho que ver con un humilde pajar de Belén seguro que los niños se habrán ilusionado y aquellos que por edad ya no lo somos, deleitado al contemplar un Misterio expresado con tanto gusto, amor y convertido además en puro arte.
Y creo que eso es lo todo Belén quiere significar: apertura al misterio de Dios y gozo y deleite para la vista y el corazón. Por unos minutos nosotros también volvemos a ser niños.

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