21 may 2009
Amor por Africa
Anoche nos reunimos varios amigos y amigas que hemos estado en África. Y de eso ya hace tiempo…algunos años. Unos estábamos “fijos” allí trabajando en Malawi desde finales de los 70s cuando los otros no habían nacido o solo gateaban. Pero el destino nos unió. Algunos llegaron muy jóvenes llenos de ilusión y con los ojos muy abiertos para no perderse nada de esa tierra roja, sus gentes, la sonrisa de los niños y las noches llenas de estrellas. Se bañaron en las dulces aguas del lago pero también vieron la pobreza de la gente que no podía comer o estaba enferma del Sida. Y se quedaron unos años o meses, otros unas semanas tan solo y ayudaron en todo lo que pudieron pero sobre todo se convirtieron en embajadores y guerrilleros por Malawi y de ese continente tan olvidado que es África.
Y al regresar a España hablaron de sus necesidades y las injusticias que vieron mientras que en esta parte del mundo tenemos todo lo que necesitamos para vivir dignamente y mucho mas. Y empezaron a ayudar a paliar algunos males dando de comer al hambriento o vistiendo al desnudo sabiendo que solo eran eso, gestos paliativos, porque lo que África sigue necesitando es Justicia y ser reconocida con todos sus derechos y riquezas humanas y materiales.
Ayer recordábamos esos tiempos y muchas de las aventuras que vivimos. Maria nos había preparado una cena magnifica con montaditos, pedacitos de pollo en salsa de queso, ensaladas y fresas pero de eso me acuerdo mejor hoy que anoche porque mientras cenábamos estábamos recordando historias y nos reíamos tanto que lo mas importante era alzar el brazo para pedir la palabra y añadir alguna cosa que el otro había olvidado o no sabia.
“¿A que no sabéis la historia del viaje a Mozambique? Os la cuento. Caminos imposibles, vadeando o atravesando los ríos, el coche destrozado…Se nos rompió una pieza en medio de ningún lugar, Juan la desarmo y se subió en un camión que paso y me dijo que encontraría alguien que la arreglara... Tíos, espere nada menos que 36 horas , tirado alli en la carretera sin ver a nada ni nadie y cuando al final veo como una aparición otro camión que se acerca y sobre la parte alta de la mercancía a Juan, me dice que no la habían arreglado pero que había encontrado un macarrón. ( un tubo de esos de goma). Y con eso y un embudo echábamos la gasolina directamente al motor del coche desde un bidón de 20 litros, (risas y gritos)…Esperar, esperar… que como no podíamos parar el coche teníamos que turnarnos al volante sin dejar de apretar el acelerador y teníamos que hacer malabares para pasar el cuerpo y cambiarnos de asiento…!no sueltes, no sueltes, que se parara!. Y luego va y se nos incendia la parte trasera del coche, un Land Rover, y los dos quitándonos las camisetas de algodón y con ellas apagando el fuego”. Para entonces muchos llorábamos imaginándonos las escenas..
( Una mano alzada) “ ¿Y la vez que entraron los ladrones?. Iban con machetes y Gabi y yo cogiditos de la mano nos metimos en la misma cama…( mas risas). Pero recuerdo la impresión de lo que vimos decía Álvaro. Los enfermos del Sida en aquel pueblo que nos llevo Ampa, ¡que fuerte, que fuerte! ¡Yo alucinaba, alucinaba y eso sin drogas de ver todo aquello…!
( otra mano alzada) “Pues yo alucine mas cuando fuimos a cenar con José y Maike y nos prepararon arroz blanco y de pronto sacaron una lata de sardinas. Pero, ¿de donde la habéis sacado? ¿A cuantas nos tocan por persona?” .¡Que gozada!…
“…Y las noches esas en que cenábamos en Chezi en el patio debajo de las estrellas…¡que maravilla.! Yo no he vivido nunca nada mas entrañable entre nosotros.”
“hombre Bertrán, es que África tiene magia...” Pero ¿y lo de esta noche, estar aqui todos juntos, no es bonito también?
Pues si es verdad…pero mira Álvaro, el portero esta ahí haciendo signos. Ves a ver que pasa.
Y el gustito de la terraza se nos termino porque la señora de enfrente había protestado de nuestras voces y risas. En eso no había magia y como unos chiquillos traviesos nos metimos silenciosamente al salón.
Javier había grabado un CD con sus canciones y ¡vaya como canta, el chico! ¡Que bonitas! y la de “pangono, pangono,” la frase preferida de Malawi que significa” poco a poco” y describiendo las luces, la luna, las gentes y los ruidos de Malawi nos dejaron callados mientras la escuchábamos pero sonrientes, cada uno reviviendo mas recuerdos al sonido de su voz y de su música. ¡menudo artistazo!
Parece que el tiempo no ha pasado sino fuera porque desde aquellos días hasta ahora han nacido doce niños contando los de Bea a la que echamos mucho de menos y que no pudo dejar al bebe que ha tenido hace unos días…
El próximo día 25 es el día dedicado a África. Habrá actividades para celebrarlo. Nosotros ya lo hemos celebrado. Para todos los que estábamos allí cenando y compartiendo amistad el día de África es cada día porque lejos o cerca siempre llevamos a África y sus gentes en el corazón. Ella nos ha regalado experiencias inolvidables, ha sido maestra, nos abrió sus brazos y nos ofreció una Fiesta de luces y colores como ninguna otra persona puede hacerlo aunque sean reyes o magnates. Ella nos ha ayudado un poco a ser lo que somos hoy: hombres y mujeres sensibles a las necesidades de los otros y felices de habernos conocido cuando aprendíamos a amar y conocer algo y alguien diferente a nosotros. Y eso es amar.
Gracias a todos.
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