¿Los programas
de ayuda alimentaria y de seguridad alimentaria son tan bonitos como
parecen?
Por lo que hemos
visto y experimentado en África, nosotros, la Antena África
Europa Fe y Justicia tenemos muchas reservas respecto a esos
programas. Las informaciones de la Organización para la Alimentación
y la Agricultura (FAO-2010-2012) son muy esclarecedoras. Según ella
, hay un total de 868 millones de personas mal nutridas en el mundo.
Y mas de 239 millones viven en África. Y lo que es alarmante es que
568 millones se encuentran en Asia y 217 millones de ellas en la
India: un poco menos que en el continente africano. E incluso la
China a pesar de sus grandes esfuerzos en la lucha contra del hambre
en los últimos años aun tiene 158 millones de personas mal
alimentadas. Por tanto no es cierto que a pesar de la propaganda
occidental en la que se afirma que África sea el que sufre mas de
hambruna sea correcto.
¿ Que es lo que
justifica esta propaganda?
En los años 80
China y Japón a la cabeza de Asia, rehusó a titulo personal los
programas del FMI y la Banca Mundial para el Desarrollo y de
ajuste estructural que les acompañaban. Se les veía como unos
programas que impedían crear un modelo de política diferente del
de Occidente para ocuparse de los desafíos económicos y el hambre.
Ellos tenían una visión asociada a una voluntad política y lo han
mantenido. Hoy día son economías emergentes y se les aplaude como
“los tigres asiáticos”. De hecho China es un país miembro
permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Una posición que
exige una Economía fuerte y de lo que puede aportar a la ONU. Y
todo esto ha podido suceder porque los países asiáticos han osado
buscar soluciones locales a sus problemas locales. Ellos no están
etiquetados como los mas mal nutridos aunque estadisticamente lo
sean como continente. Han demostrado que pueden ocuparse y gestionar
ellos mismos sus problemas.
Por el contrario los
Gobiernos africanos tienen que probar aun la misma tenacidad y
resistencia en sus respuestas a los desafíos económicos y al hambre
del continente.
Por consecuencia la
lógica que subyace en los países occidentales no es talmente la de
las estadísticas de las personas hambrientas sino que responde a una
agenda económica vestida bajo los oropeles de programas de ayuda y
seguridad alimentaria.
En efecto un
programa de ayuda alimentaria es muy útil en casos de emergencia,
especialmente si ya existe un programa similar en los países para
tratar los problemas sistemáticos que mantienen el hambre. Sin
embargo esto ha sido lo que falta en los diferente programas de
ayuda alimentaria compuestos para África y que a lo largo minan la
realización de la seguridad alimentaria en el continente. Los
programas prolongados de ayuda alimentaria para ciertos países
africanos han detenido la producción alimentaria local, han hecho
crecer el paro, destruido las culturas y los sistemas alimentarios
locales; han producido un malestar sicológico y un ciclo de
dependencia que ha mantenido a África en un modo de supervivencia y
de dependencia perpetua. No esta fuera de lugar el declarar que los
gobiernos nacionales africanos invierten ahora un mínimo en
Agricultura con la esperanza de que habrá una ayuda alimentaria para
ellos.
¿ La saga de
ayudas alimentarias en África no se ha convertido en un instrumento
de explotación de sus recursos?
Otra manera de decirlo ¿ porque la UE gasta en programas de ayuda
alimentaria a África que mantienen a los beneficiarios en una
situación de dependencia , mas que en hacerlos fuertes para que así
no dependan mas que de ellos mismos? ¿ Que imagen de ella misma da
la cooperación de la UE siendo incapaz de desarrollar infra-
estructuras que permitirían a África responder a sus desafíos de
una manera mas duradera?
En realidad la ayuda alimentaria prolongada en África ha creado
relaciones de fuerzas entre la UE y África que son completamente
desfavorables a este continente. Mientras que los países asiáticos
son en en la actualidad gigantes económicos, los países africanos
continúan siendo naciones mendicantes, situación de paradoja a
pesar de los innumerables programas de ayuda concertados entre la UE
y sus aliados. Es preciso pues y definitivamente sacar a la luz los
aspectos ocultos de los programas de ayuda alimentaria que África
recibe bajo diferentes etiquetas: tanto los donantes como los
recipientes tienen la necesidad de re-examinar sus roles.
Chika Onyejiuwa
Traducido de AEFJN-Bruselas
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