31 may 2016

El hambre permanente en África y los programas continuos de ayuda alimentaria de la Unión Europea



¿Los programas de ayuda alimentaria y de seguridad alimentaria son tan bonitos como parecen?

Por lo que hemos visto y experimentado en África, nosotros, la Antena África Europa Fe y Justicia tenemos muchas reservas respecto a esos programas. Las informaciones de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO-2010-2012) son muy esclarecedoras. Según ella , hay un total de 868 millones de personas mal nutridas en el mundo. Y mas de 239 millones viven en África. Y lo que es alarmante es que 568 millones se encuentran en Asia y 217 millones de ellas en la India: un poco menos que en el continente africano. E incluso la China a pesar de sus grandes esfuerzos en la lucha contra del hambre en los últimos años aun tiene 158 millones de personas mal alimentadas. Por tanto no es cierto que a pesar de la propaganda occidental en la que se afirma que África sea el que sufre mas de hambruna sea correcto.

¿ Que es lo que justifica esta propaganda?

En los años 80 China y Japón a la cabeza de Asia, rehusó a titulo personal los programas del FMI y la Banca Mundial para el Desarrollo y de ajuste estructural que les acompañaban. Se les veía como unos programas que impedían crear un modelo de política diferente del de Occidente para ocuparse de los desafíos económicos y el hambre. Ellos tenían una visión asociada a una voluntad política y lo han mantenido. Hoy día son economías emergentes y se les aplaude como “los tigres asiáticos”. De hecho China es un país miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Una posición que exige una Economía fuerte y de lo que puede aportar a la ONU. Y todo esto ha podido suceder porque los países asiáticos han osado buscar soluciones locales a sus problemas locales. Ellos no están etiquetados como los mas mal nutridos aunque estadisticamente lo sean como continente. Han demostrado que pueden ocuparse y gestionar ellos mismos sus problemas.

Por el contrario los Gobiernos africanos tienen que probar aun la misma tenacidad y resistencia en sus respuestas a los desafíos económicos y al hambre del continente.
Por consecuencia la lógica que subyace en los países occidentales no es talmente la de las estadísticas de las personas hambrientas sino que responde a una agenda económica vestida bajo los oropeles de programas de ayuda y seguridad alimentaria.

En efecto un programa de ayuda alimentaria es muy útil en casos de emergencia, especialmente si ya existe un programa similar en los países para tratar los problemas sistemáticos que mantienen el hambre. Sin embargo esto ha sido lo que falta en los diferente programas de ayuda alimentaria compuestos para África y que a lo largo minan la realización de la seguridad alimentaria en el continente. Los programas prolongados de ayuda alimentaria para ciertos países africanos han detenido la producción alimentaria local, han hecho crecer el paro, destruido las culturas y los sistemas alimentarios locales; han producido un malestar sicológico y un ciclo de dependencia que ha mantenido a África en un modo de supervivencia y de dependencia perpetua. No esta fuera de lugar el declarar que los gobiernos nacionales africanos invierten ahora un mínimo en Agricultura con la esperanza de que habrá una ayuda alimentaria para ellos.


¿ La saga de ayudas alimentarias en África no se ha convertido en un instrumento de explotación de sus recursos?

Otra manera de decirlo ¿ porque la UE gasta en programas de ayuda alimentaria a África que mantienen a los beneficiarios en una situación de dependencia , mas que en hacerlos fuertes para que así no dependan mas que de ellos mismos? ¿ Que imagen de ella misma da la cooperación de la UE siendo incapaz de desarrollar infra- estructuras que permitirían a África responder a sus desafíos de una manera mas duradera?
En realidad la ayuda alimentaria prolongada en África ha creado relaciones de fuerzas entre la UE y África que son completamente desfavorables a este continente. Mientras que los países asiáticos son en en la actualidad gigantes económicos, los países africanos continúan siendo naciones mendicantes, situación de paradoja a pesar de los innumerables programas de ayuda concertados entre la UE y sus aliados. Es preciso pues y definitivamente sacar a la luz los aspectos ocultos de los programas de ayuda alimentaria que África recibe bajo diferentes etiquetas: tanto los donantes como los recipientes tienen la necesidad de re-examinar sus roles.

Chika Onyejiuwa

Traducido de AEFJN-Bruselas

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