Paris
se encuentra en pleno proceso para convertirse en una capital “verde”. Las
autoridades de la capital de Francia han aprobado una ley que permite a los
ciudadanos tener sus propios jardines o huertos urbanos dentro de los limites
de la ciudad.
Para conseguir
esto los parisinos deberán obtener un permiso municipal que les permita
cultivar sus huertos en terrazas, paredes, oficinas hogares y cualquier otra
dependencia de la ciudad. Incluso en las tazas de los árboles.
Pero
esto lleva consigo algunas condiciones: quienes deseen plantar sus huertos
deben aplicar prácticas sostenibles, fomentar la biodiversidad y evitar
cualquier tipo de pesticida. El municipio por su parte, emitirá los
permisos por tres años con posibilidad de renovación y al mismo tiempo les
otorgará una suerte de “Kit de siembra” con semillas y abono.
Esta
extraordinaria iniciativa para la ciudad de Paris me recuerda la ya antigua y
famosa película “Green card” en la que
la biólogo jardinera Andy Mc. Dowell iniciaba una boda de “apariencias” con
Gerard Depardieu condición
indispensable, para así poder mantener el ático que había alquilado en un
edificio de Nueva York en el que se dedicaba al cuidado de sus plantas y
flores.
En Paris ya no necesitaría casarse.
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