Ben Smen
Ben Smen es una villa situada en un barrio llamado Hydra en Argel. Es una casa que perteneció hace muchos años a una familia argelina de origen francés y que donaron la casa a los PP. Jesuitas para que se siguiera utilizando como centro de encuentro para los boy scout que ellos acogían durante el verano y para el uso de grupos que se reunieran unos días para reflexionar y rezar juntos.
La villa tenía una extensión de dieciséis hectáreas de las que se donaron quince al gobierno del país y se guardo una y media de jardín y construcción. En frente de la casa existen en la actualidad una Embajada, una casa cuartel, otros edificios propiedad de multinacionales y casas particulares. Me han dicho que el jardín se extendía hasta la colina y eso es en la actualidad varias calles con sus edificios. Debió ser una villa esplendida rodeada de un jardín tan grande para pasear y aun lo es.
La villa es un edificio que como todas en Argel termina con un techo plano y tiene un par de terrazas y dos pisos de altitud.
Su acceso al interior de la casa se hace por una puerta verde de hierro forjado con un marco que contiene un arabesco de escayola con dibujos y motivos diferentes. El verde es junto el azul el otro color dominante de Argel. Esta puerta de entrada a la casa da acceso a un vestíbulo desde el que se extiende toda una sala amplia y rectangular con dos bóvedas arqueadas que termina bajando por dos peldaños en una sala circular y en cuyo dintel esta el mismos arco de escayola que el de la puerta de entrada pintado en un suave color naranja y unas ventanas grandes al fondo y a un lado que dejan entrar la luz para iluminar todo el espacio. No hay ninguna puerta en estas salas y parte inferior de la casa. La división de las estancias se hace a través de los arcos y unos farolillos negros de hierro forjado suspendidos desde el techo en la entrada de ellas. La sala del fondo esta amueblada con dos sofás y sillas de diseño árabe y cubiertas con pequeñas alfombrillas de colores blancos o marrones. En su centro una mesa baja completa el conjunto.
A los dos lados de la sala principal y separados por las paredes existen dos espacios: otra sala grande y rectangular de varios metros de larga, posiblemente el antiguo comedor que podía acoger a un gran numero de personas y en el de la derecha y también paralela a la sala central, una habitación pequeña seguramente el comedor para el servicio porque le siguen a continuación la cocina y sus alacenas.
Al fondo y cerca de la sala circular se encuentra una escalera de cemento como las antiguas escaleras de las casas de pueblo con una barandilla muy fina de hierro negro forjado y escalones muy anchos y altos que da acceso a la parte superior de la casa en donde vuelve a encontrarse en su centro una sala idéntica o muy similar a la de abajo con una mesa circular arcos y bóveda por la que entra la luz y alrededor de toda esta sala están las habitaciones dormitorio de la familia con los baños y servicios.
El encanto de la casa es que no se ha tocado en su origen para nada. Ha guardado la estructura primitiva de las habitaciones con balcones altos y muy estrechos construidos a ras del suelo o ventanas muy bajas con sus aljabas y a la altura de un sillón para desde allí sentados poder observar tranquilamente el jardín y el exterior. Las puertas de todas estas habitaciones son pequeñas, macizas y probablemente de caoba. La luz entra por la bóveda que ilumina la sala central amueblada también con sillones y mesa para la lectura o el descanso si se quiere pasar de la habitación a la sala. Todos los muebles son de estilo árabe y madera marrón oscura. Los capitales de las columnas que forman la sala y soportan los arcos están repujados con ladrillos verdes de motivos florales que hace contraste con el suave naranja con que están pintados. Un conjunto fino y delicado.
Al jardín se sale por distintas puertas de la casa y desciende formando pequeñas terrazas en las que hay plantadas legumbres y árboles frutales. El fondo tiene un pozo grande y caminos pequeños bordeados por pinos y eucaliptos. Los caminos son de tierra y piedra y parte del jardín esta aunque cuidado dejado a un estado muy natural, y con muchas especies distintas de árboles: pinos, eucaliptos, sauces llorones, cipreses, abetos que rodean toda la villa.
Esta casa es hoy un centro de oración y la única con esa finalidad para la comunidad cristiana de Argel que es una pequeña minoría en un país completamente musulmán. Su misión es por tanto una presencia contemplativa de intercesión y solidaridad con este pueblo que sufre. Por eso un lugar de paz y de silencio es muy importante e imprescindible en esta vida tan sobre cargada y a veces muy estresante. Los seres humanos necesitamos jardines de silencio en donde el espíritu, el cuerpo y todos los sentidos puedan desprenderse de todo eso que nos ata y nos preocupa diariamente. En donde podamos respirar un poco del aire divino y darnos cuenta de que estamos hechos de eternidad y esa es nuestra verdadera patria y nuestro destino. Ese silencio siempre esta lleno de otra presencia que nos recuerda que nunca estamos solos y que hay Alguien mas grande que nos ama y si queremos escucharlo solo debemos abrirnos a lo que nos rodea y en esa brisa suave que las ramas y las hojas de estos árboles nos trae acariciando nuestro rostro oiremos su Voz.
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