La celebración de la cumbre climática de la COP27 en suelo africano será la oportunidad perfecta para que el continente pueda reclamar las necesidades de las naciones más vulnerables frente a los intereses de los países más ricos.
Aunque en la COP26 ha habido algunos avances, desde
África se ha percibido como una conferencia liderada por el Norte Global en
favor de sus propios intereses. Por el contrario, no se ha avanzado demasiado
en la creación de un fondo internacional para lidiar con los permanentes daños
que causa el cambio climático al Sur Global. A pesar de apenas haber
contribuido en la emisión de los gases de efecto invernadero, África sufre las
peores consecuencias del cambio climático.
No obstante, la buena noticia es que fue un tema tan
presente durante toda la cumbre de Glasgow que ya no se puede evitar más.
Consecuentemente, la COP26 ha establecido el contexto perfecto para que 2022
sea el año en que África cambie esta tendencia. La celebración de la COP27 en
Egipto es la oportunidad del continente para asegurarse de que sean los
intereses de los más vulnerables al cambio climático los que dirijan las
negociaciones internacionales en esta cuestión.
Pero para asegurarse de que eso ocurre el continente
necesita estar preparado. En este sentido, es necesario un movimiento
panafricano que una a todo el continente, alineando las prioridades de todos
los países y uniendo todos sus recursos políticos y diplomáticos. Al fin y al
cabo, cuando África habla como uno, habla con poder.
Además, algunos países del continente se están
convirtiendo en todo un ejemplo de cómo debería ser el camino de la transición
energética, sustituyendo las fuentes sucias y contaminantes por otras más
limpias, verdes y renovables. África, por lo tanto, tiene suficientes recursos
solares y eólicos para ser un pionero mundial en la descarbonización de sus
economías y así debería reivindicarse.
Mohamed Adow
Fuente: African
Arguments - Mohamed Adow
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