21 feb 2008

Manos Unidas

He participado en la presentación de la Campaña de Manos Unidas 2008.
Manos Unidas es una ONG española de mucha tradición porque fue fundada para ayudar a la lucha contra el hambre en el mundo hace ya mas de 49 años.

Es una ONG que me ha ayudado mucho en mi apostolado en Malawi y con la que yo he colaborado dando mi testimonio en campañas nacionales cuando me han coincidido mis estancias en España con las campañas. Eso me ha permitido hablar de África al público español y también de conocer a muchas de las voluntarias y voluntarios que desinteresadamente llevan sus delegaciones en España.

Este año la Campaña se centra en las mujeres como portadoras de esperanza y para mí el hablar de la mujer Africana en la radio y televisión ha sido una verdadera gozada puesto que es algo que llevo en mi corazón.

Desafortunadamente esta campaña coincide en España con las elecciones políticas y la polémica que ha suscitado las declaraciones de la Conferencia Episcopal a cerca de que los católicos votemos a partidos afines a nuestras ideas religiosas. Cosa que parece bastante lógica pero que esconde a mi parecer la inseguridad de que los cristianos seamos lo suficientes maduros para dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.
Como ciudadanos españoles todos debemos de estar bien informados sobre los programas de los distintos partidos y escoger aquellos lideres que pueden favorecer a todos los españoles sin distinción de creencias, razas y culturas. Delante del Estado como delante de Dios todos somos iguales e hijos de El. El hecho de que conozcamos lo que los partidos mayoritarios han hecho estando en el poder es también un barómetro para guiarnos o tomar las temperaturas de lo que nos puede venir en el futuro y votar consecuentemente con lo que creamos es mejor para el bien de nuestra Sociedad. Según lo que sembremos, recogeremos y para una muestra no hay más que fijarse en las noticias que todos los días nos trae la TV sobre la sociedad americana.

Los católicos como cualquier otro grupo creyente o no, puede y tiene la libertad de defender públicamente sus derechos a vivir en una sociedad en la que no se les obligue a sus hijos a educarse en contra de sus principios a la vez que tiene la obligación de practicar la tolerancia y de tratar de igual a igual a aquellos que se rigen por otros principios que para nosotros pueden ser amorales pero que para ellos no lo son.

El respeto mutuo y la no descalificación de unos a otros es tarea que debe de fomentar los lideres políticos y religiosos para conseguir que todos vivamos en paz en sociedades cada vez mas pluralistas.
El poder por el poder corrompe y ciega a quienes lo ejercen. El miedo también es un mal consejero: miedo a perder adeptos, miedo al cambio, miedo a lo nuevo, miedo a que nada es ya “como lo que fue”. Eso es verdad porque la vida es una constante evolución y sino cambiamos estamos abocados a morirnos ya en vida.
Lo que tenemos que pensar es que el hombre y la mujer contiene en sí semillas de humanidad y fuentes inagotables de bondad que salen a flote en los momentos mas necesarios . Que si crecemos y nos desarrollamos en la época histórica que sea haciendo que esos valores humanos que nos constituyen a todos fructifiquen en plenitud entonces podremos vivir siempre en armonía y en las diferencias sin el temor constante que tenemos ahora de que unos u otros nos estamos robando derechos y siendo una amenaza a la que hay que combatir al precio que sea.
Es una pena que a estas alturas de nuestra rica Historia aún vayamos andando así por el siglo XXI.

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